La economía mundial entró en terreno incierto desde el 2 de abril, tras la implementación por parte del gobierno de Donald Trump de una ofensiva arancelaria sin precedentes, calificada como el «Día de la Liberación». Estados Unidos impuso aranceles recíprocos a las importaciones de sus principales socios comerciales, elevando el arancel promedio del 2,8 % al 20 %.
El anuncio ha desatado preocupación entre economistas y analistas financieros, que advierten sobre una nueva era de volatilidad económica. La medida tiene como objetivos centrales fomentar la producción nacional, generar margen fiscal para recortes tributarios y establecer una supremacía económica global bajo negociaciones bilaterales, en lugar de acuerdos multilaterales.
Las consecuencias inmediatas: inflación y menor crecimiento
De acuerdo con el análisis de Natixis Investment Managers, el impacto de estos aranceles podría elevar la inflación estadounidense hasta el 4 % en el segundo trimestre de 2025. Aunque se prevé una reducción hacia el 2,6 % en 2026, los efectos secundarios podrían prolongar el choque inflacionario.
En términos de crecimiento, se estima una revisión a la baja del PIB de EE. UU. de entre 0,6 y 0,8 puntos porcentuales, situándolo en un rango de 1,1 % a 1,3 % anual. Incluso, no se descarta que el PIB entre en terreno negativo en el segundo trimestre de este año.
Efecto dominó en Europa y América Latina
El efecto rebote de esta política se extiende a la eurozona, donde el impacto sobre el crecimiento económico sería de entre 0,2 y 0,3 puntos porcentuales, llevando las proyecciones del PIB a apenas 0,8 % en 2025. Esto podría acelerar el ciclo de relajación monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
En América Latina, países como México, Brasil y Colombia —altamente dependientes del comercio con EE. UU.— podrían enfrentar aumentos en los precios de insumos, disrupciones logísticas y caída en exportaciones clave, especialmente en sectores industriales y agrícolas.
Trump apuesta al “dolor corto, ganancia larga”
A pesar del escenario, el gobierno estadounidense defiende la medida bajo la promesa de fortalecer la economía nacional a largo plazo. En palabras del propio presidente: “Dolor corto, ganancia larga”. Sin embargo, la Reserva Federal ha optado por la cautela. Jerome Powell, su presidente, ha manifestado que no existen condiciones claras para modificar las tasas de interés, aunque se prevé un recorte de 75 puntos básicos para el verano.
¿Se avecina una recesión?
Aunque el fantasma de la recesión ronda los mercados, Natixis considera que los activos de riesgo han sobrerreaccionado. El alza de más de 30 puntos básicos en los rendimientos de los bonos del Tesoro podría anticipar una estabilización futura en los mercados bursátiles.
Conclusión:
El mundo observa con atención los efectos de esta medida proteccionista. En una economía global interconectada, las decisiones unilaterales tienen un alto costo. Las empresas, gobiernos e inversionistas deberán ajustarse a este nuevo entorno, marcado por volatilidad, nacionalismo económico y presión inflacionaria.
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