En medio del hermetismo que rodea la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica, la conversación digital en Colombia revela una clara inclinación hacia ciertas figuras. De acuerdo con un análisis de la firma consultora LLYC (Llorente y Cuenca), el cardenal Pietro Parolin lidera las menciones con un 41%, seguido por Luis Antonio Tagle con 31% y Matteo Zuppi con 13%.
La conversación se concentra principalmente en Bogotá, seguida por Antioquia, Atlántico y Valle del Cauca, lo que demuestra un interés nacional por el futuro de la Iglesia Católica. El cónclave reúne a 133 cardenales, de los cuales 89 deben coincidir en el mismo nombre para que emerja el esperado humo blanco desde la Capilla Sixtina.
El estudio muestra que Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, genera tanto respaldo como críticas, mientras que Tagle es percibido como una figura carismática y renovadora. Zuppi, por su parte, aunque menos mencionado, se asocia con una imagen positiva y de cercanía al legado de Francisco.
“El Papa Francisco dejó una marca profunda en Colombia. Fue el Papa de la esperanza, la misericordia y la reconciliación”, afirma el padre Mauricio Rey, director de Cáritas Colombiana.
El análisis también identificó que los colombianos valoran la figura del nuevo pontífice en función de temas como la fraternidad universal, la justicia social, la migración y la paz. De hecho, múltiples menciones destacan la necesidad de un Papa que continúe las reformas de Francisco y mantenga un enfoque humano y solidario frente a los desafíos contemporáneos.
Aunque algunas publicaciones en redes incluyen comentarios en tono humorístico o especulativo, no se detectaron tendencias significativas a favor de candidatos fuera del clero. Sin embargo, la conversación digital refleja la relevancia emocional y espiritual que el tema tiene para millones de colombianos.
La elección del nuevo Papa no solo marcará el rumbo del Vaticano, sino también su relación con regiones como América Latina, donde el legado de Francisco fue particularmente influyente. En Colombia, ese impacto sigue vivo, y las redes sociales lo demuestran.
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