Explorar un país a través de sus sabores es vivir su esencia más profunda. Panamá, con su riqueza cultural, biodiversidad y mestizaje, se posiciona como un imperdible destino gastronómico en América Latina.
La distinción de Ciudad de Panamá como Ciudad Creativa Gastronómica por la UNESCO no es casualidad: detrás de sus mercados, cocinas tradicionales y restaurantes de vanguardia, late un movimiento que une raíces ancestrales y propuestas contemporáneas con fuerte identidad local.
Pero el encanto gastronómico no termina en la capital. Nuevas rutas culinarias están emergiendo en todo el país, gracias al impulso de comunidades locales, productores y chefs comprometidos con rescatar técnicas tradicionales, promover el consumo sostenible y atraer al turismo consciente.
Gastronomía con alma panameña: una experiencia multisensorial
Desde el vibrante Casco Viejo hasta las tranquilas montañas de Tierras Altas, cada región ofrece su propio relato culinario. En la Ciudad de Panamá, propuestas como Fonda Lo Que Hay y La Tapa del Coco revalorizan ingredientes locales en platos contemporáneos que han ganado espacio en rankings como Latin America’s 50 Best Restaurants.
En tanto, en lugares como Pedasí y Las Tablas, surgen festivales gastronómicos que celebran la cocina tradicional campesina. El Festival del Guandú o el Día del Sancocho no solo enaltecen recetas patrimoniales, sino que generan turismo e ingresos a nivel local.
Café Geisha y chocolate artesanal: tesoros gourmet en alza
Panamá no solo destaca por su cocina salada. El café Geisha, cultivado en Boquete, sigue ganando reconocimiento internacional, con subastas en las que alcanza precios récord. Alrededor de esta bebida se han creado rutas del café que permiten al viajero visitar fincas, catar diferentes variedades y conocer de cerca la historia de las familias caficultoras.
Otro producto que comienza a brillar es el chocolate artesanal panameño. Pequeñas chocolaterías y cooperativas indígenas, como las ubicadas en Bocas del Toro, ofrecen experiencias inmersivas con cacao criollo cultivado en selva húmeda, elaborando barras gourmet con perfiles únicos.
Turismo culinario: una apuesta por la sostenibilidad
La nueva cocina panameña tiene rostro femenino, comunitario y sostenible. Proyectos como Sabores del Darién, liderado por mujeres indígenas, combinan talleres de cocina, recorridos ecológicos y cenas con ingredientes nativos como el plátano, la yuca y el pescado de río.
Además, iniciativas de gastronomía regenerativa promueven el uso responsable del suelo, la protección de semillas nativas y el respeto por el ciclo de la naturaleza. Comer en Panamá ya no es solo un acto placentero, sino también una forma de apoyar la conservación y el desarrollo local.
Un destino que se saborea con el corazón
Quienes visitan Panamá descubren que su cocina va más allá del plato: es un puente hacia la historia, la diversidad y el alma de su gente. Ya sea degustando un ceviche en la Cinta Costera, un One Pot en Portobelo o un chocolate ceremonial en la comarca Ngäbe-Buglé, cada bocado deja una huella imborrable.
Con su potencial en alza y su propuesta auténtica, Panamá confirma que hablar de cocina es también hablar de identidad, inclusión y futuro.
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