El turismo doméstico ha demostrado ser resistente en tiempos de crisis y una opción de impacto económico positivo más inmediato y frecuente para las economías locales; un viaje de fin de semana a un destino cercano a casa no sólo es más fácil de planificar, sino también mucho más accesible.
Durante la pandemia y con las restricciones a los viajes internacionales, la gente empezó a viajar utilizando Airbnb para descubrir nuevas joyas naturales y culturales locales. Esta tendencia se mantiene. En 2022, las noches domésticas reservadas a través de Airbnb crecieron alrededor de un 33% en América Latina, un 5% más[2] que el crecimiento de las noches reservadas por los viajeros internacionales.
Además, en todos los países de América Latina, las noches reservadas por los locales para viajar en sus países a través de Airbnb han seguido creciendo en 2022[4], incluso hubo un crecimiento más alto en comparación con los niveles pre pandemia. En Colombia creció casi un 60%.
“La pandemia causó un impacto sin precedentes en el turismo mundial. Al desplomarse el turismo internacional en más de 70%, cambió profundamente la forma y el momento en que las personas viajaban. La gente paseaba localmente y descubría nuevos destinos domésticos. Ahora, las personas están retomando los viajes a destinos favoritos en el extranjero, pero las tendencias de viajes más distribuidos persisten e incluso siguen creciendo», mencionó Fiama Zarife, Directora en Airbnb para Latinoamérica de habla hispana.
Con las tasas de inflación en aumento durante los últimos años, la gente también viaja localmente a través de Airbnb por sus opciones de alojamientos que pueden adaptarse a las necesidades de los viajeros en función del espacio que necesitan y su presupuesto.
Para las familias, alojarse en un espacio completo representa una opción más accesible con un precio promedio por persona (de un espacio completo) por alrededor de 103.000 COP[7]. Para viajeros solos y parejas, las habitaciones privadas representan una opción asequible con un precio por noche de alrededor de $116.000 COP en Colombia.
Basado en una encuesta de Airbnb realizada entre los huéspedes que reservaron a través de la plataforma en Colombia, el 39% indicó que la razón principal para usar Airbnb era ahorrar dinero, el 22% indicó que querían una experiencia más local y alojarse fuera de una zona turística, y el 12% quería flexibilidad con el tiempo o el destino de su viaje.
Abrir el turismo a nuevos destinos
Desde 2020, en Colombia, casi más de 100 ciudades y pueblos recibieron su primera reserva a través de Airbnb. Los locales son los primeros en visitar destinos domésticos fuera de lo común, y son quienes llevan los beneficios económicos del turismo a comunidades que tradicionalmente se habían quedado fuera. En todo el país, las noches reservadas a través de Airbnb por colombianos en zonas no urbanas han aumentado casi un 60%.
Estas son las ciudades y pueblos en Colombia más reservados con su primera reserva a través de Airbnb desde marzo de 2020:
● Montebello, Antioquia
● Almeida, Boyacá
● Otanche, Boyacá
● Soraca, Boyacá
● Carmen de Carupa, Cundinamarca
● Caparrapi, Cundinamarca
● Versalles, Valle del Cauca
● Charta, Santander
● Guavata, Santander
● Guavata, Santander
● Tolu Viejo, Sucre
“Distribuir el turismo dentro de los destinos y entre ellos, hacia pueblos menos conocidos o barrios menos concurridos, aporta beneficios económicos a comunidades que antes no los tenían. Esto es aún más importante para aquellas comunidades en las que no hay hoteles y en las que los Anfitriones en Airbnb son los principales- si no los únicos- que ofrecen espacios y son el motor del turismo local.”, mencionó Zarife.
A medida que aumenta el costo de vida, la dispersión de los viajes y la voluntad de los locales de aventurarse más lejos ha creado oportunidades económicas para los habitantes de comunidades locales. De hecho, los ingresos promedio de los Anfitriones no urbanos en Airbnb en Colombia fueron superiores en 2022 frente a 2021, con un crecimiento de casi 50%.
Y este impacto económico beneficia a toda la comunidad. Según una investigación de Oxford Economics, por cada USD$10 gastados en alojamiento, los visitantes gastan USD$48 más en servicios como transporte, restaurantes y actividades culturales.
Los Anfitriones en Airbnb no sólo se quedan con la mayor parte de lo que cobran por sus espacios, sino que el 54% de los huéspedes declaran que el dinero que se ahorran por alojarse a través de un Airbnb les permite gastar más en otros servicios.
“Airbnb se compromete a seguir apoyando el crecimiento del turismo nacional a nuevos destinos desde una visión sostenible: teniendo en cuenta el impacto económico, social y medioambiental; viajar localmente debe impulsar la economía y proporcionar empleos, contribuir a preservar los atractivos culturales y naturales, y respetar a las comunidades”, concluyó Fiamma Zarife.