La semana laboral de cuatro días, ya implementada en varios países del mundo, está comenzando a ser probada en algunas empresas de América Latina este año. Aunque sigue siendo objeto de curiosidad, dudas y deseo entre los trabajadores de la región, su adopción enfrenta diversos desafíos culturales y económicos que dificultan su implementación.
De acuerdo con un estudio realizado por WeWork en colaboración con Michael Page, el 89% de las personas en Colombia está a favor de la semana laboral de cuatro días, pero solo el 13% de los empleados la ha adoptado hasta ahora. Aunque la mayoría de los trabajadores ven con buenos ojos este modelo, un pequeño grupo (11%) aún expresa escepticismo. Las principales preocupaciones se centran en la distribución de la carga laboral y en cómo se adaptaría este cambio a las demandas del mercado.
Entre los principales factores para la adopción de la semana laboral de cuatro días en América Latina destacan las normas culturales, ya que históricamente el trabajo se ha valorado en función de largas jornadas, lo que dificulta la aceptación de este cambio, ya que para muchos, el éxito sigue vinculado a la cantidad de horas trabajadas, lo que genera resistencias a esta transformación.
A nivel legal, la adaptación de las normativas puede llevar tiempo, ya que muchas leyes no están preparadas para una transición estructural de esta magnitud. Además, no todos los sectores pueden adoptar fácilmente este modelo; industrias como la manufacturera o comercial, que dependen de la presencialidad, enfrentarían mayores dificultades, mientras que sectores basados en proyectos o tecnología se beneficiarían más.
Finalmente, los factores económicos juegan un papel crucial, ya que la reducción de jornadas podría afectar salarios y beneficios, impactando tanto a las empresas como a la economía general, aunque algunos ven en este cambio una oportunidad para flexibilizar el mercado laboral y adoptar modelos más modernos, como el trabajo a tiempo parcial o en dos empresas simultáneamente.
A pesar de los retos, el estudio revela que el 77% de las personas cree que podría ser más productivo trabajando cuatro días a la semana. Además, cuando se les pregunta cómo usarían su día libre adicional, las respuestas varían: muchos lo dedicarían al descanso, a actividades recreativas o al tiempo en familia, mientras que otros aprovecharían para continuar sus estudios, formarse o practicar deporte.
“La semana laboral de cuatro días no solo se presenta como un cambio en las dinámicas de trabajo, sino también como una aspiración de largo plazo en América Latina, donde la flexibilidad en los acuerdos laborales ha sido una demanda constante. Si bien su adopción masiva aún está en proceso, representa una oportunidad para que la región lidere una modernización del mercado laboral que podría traer beneficios tanto a las empresas como a los trabajadores,” dijo Laura Pulido, gerente de negocio de WeWork Colombia.