Un caso de violencia intrafamiliar ocurrido en el barrio El Buque del municipio de Pamplona fue atendido por la Policía de Norte de Santander, lo que permitió brindar atención oportuna a una mujer de 33 años y su hijo de 7, ambos de nacionalidad venezolana, quienes vivían bajo amenazas, agresiones físicas y presuntos abusos sexuales.
La acción fue liderada por la Capitán Lina Benjumea, comandante de la Estación de Policía Pamplona, quien, tras la denuncia, no solo coordinó la captura del presunto agresor —un ciudadano venezolano que fue aprehendido en flagrancia— sino que activó una ruta de atención humanitaria para la víctima y su hijo. Pese a la detención, el agresor fue dejado en libertad tras las audiencias concentradas, aunque el caso continúa en investigación.



Protección integral a la víctima y su hijo
Durante la intervención, la mujer relató a las autoridades una serie de vejámenes y amenazas sufridas durante meses. Según su testimonio, su agresor le exigía silencio bajo amenaza de hacerle daño a su hijo si intentaba huir o denunciarlo. Actualmente, la víctima se encuentra bajo observación médica en el Hospital San Juan de Dios.
Gracias a la gestión de la oficial Benjumea, el niño fue acogido en un hogar de paso temporal, donde recibe alimentación, seguridad y afecto, en coordinación con autoridades locales, con el fin de proteger sus derechos fundamentales.
La comunidad, aliada en la denuncia
La Policía Nacional hace un llamado urgente a la comunidad de Norte de Santander para que denuncie cualquier acto de violencia que ponga en riesgo la integridad de mujeres, niños o adolescentes. Las líneas de atención como el 123 y las patrullas de vigilancia están disponibles las 24 horas.
Este caso es una muestra del compromiso institucional con la prevención, atención y judicialización de delitos que vulneran los derechos humanos, y un ejemplo de cómo el trabajo articulado entre la comunidad, la policía y las entidades locales puede salvar vidas.
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