Hablar de la historia de la televisión en Colombia es hablar de Gloria Valencia de Castaño, la inolvidable Primera Dama de la televisión, pionera, figura cultural, presentadora y comunicadora que marcó generaciones con su elegancia, conocimiento y compromiso con el país.
Desde su natal Ibagué, donde nació el 27 de julio de 1927, Gloria Valencia fue mucho más que una presentadora. Con su voz cálida y mirada inteligente, conquistó la televisión nacional desde sus inicios en los años cincuenta. Junto a su esposo, Álvaro Castaño Castillo, fundó la emisora HJCK, un hito en la historia cultural del país que trajo al aire a escritores, músicos y artistas del mundo entero bajo el lema: El mundo en Bogotá.
Una pionera de los medios y de la cultura
Fue la primera mujer en presentar un programa en la televisión colombiana: El Lápiz Mágico, seguido de Conozca los autores, donde entrevistó al poeta León de Greiff en la emisión inaugural. Su carrera se expandió en múltiples direcciones, destacándose en espacios de concurso, moda, entrevistas, naturaleza y belleza.
Entre sus programas más recordados están Por los caminos de la patria, Cumpleaños Ramo, El precio es correcto y, sin duda, Naturalia, un espacio icónico transmitido entre 1974 y 1993 que marcó la infancia y juventud de miles de colombianos. Allí, exploraba el mundo natural con pasión y sensibilidad, cerrando cada capítulo con su legendaria frase: “Lástima que la televisión no sea a color”.
“Ella escribía con su voz la historia de la televisión”, decían sus colegas y admiradores.
Una voz respetada por todos
Gloria Valencia fue respetada por todos los sectores: desde presidentes y empresarios hasta artistas, científicos y, por supuesto, el público colombiano. Pacheco, su gran amigo y compañero en muchos programas, decía que “el verdadero autógrafo es el de doña Gloria”.
Su presencia daba credibilidad, elegancia y profundidad a cada proyecto. Fue solicitada por todas las grandes programadoras de la época: RTI, Caracol, RCN, Cenpro y Punch Televisión, donde dejó huella.
También promovió la moda, el arte y el pensamiento, entrevistando a figuras internacionales como Jacques-Yves Cousteau, y siendo una guía para generaciones de mujeres que buscaban incursionar en los medios o el modelaje.
Premios, legado y eterno reconocimiento
Recibió todos los galardones posibles: condecoraciones, homenajes, menciones honoríficas tanto nacionales como internacionales. En los años 60 fundó incluso una discoteca de rock en Bogotá, La Bomba, apoyando a las primeras bandas locales como Los Speakers y Los Flippers.
El legado de doña Gloria permanece en su familia —sus hijos Rodrigo y Pilar—, pero sobre todo en la memoria colectiva del país. Fue una figura que rompió moldes, abrió caminos y dignificó el trabajo en medios con ética, sensibilidad y rigor.
Falleció el 24 de marzo de 2011, dejando un vacío profundo en el corazón de Colombia. En su tumba, bien podría leerse: “Doña Gloria, la Primera Dama de la televisión de Colombia”.
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