La popular tendencia de imágenes estilo Studio Ghibli creadas por inteligencia artificial pone sobre la mesa una conversación urgente: ¿cómo usar esta tecnología con responsabilidad en las pequeñas empresas?
El filtro viral que reabre un debate ético
Si pasas tiempo en redes sociales, seguramente te cruzaste con las imágenes generadas por IA que imitan el estilo visual del icónico Studio Ghibli. Esta moda, aunque visualmente encantadora, ha provocado una conversación necesaria sobre la ética en el uso de inteligencia artificial, especialmente en el mundo empresarial.
Detrás del filtro se esconde un dilema profundo: ¿hasta qué punto es correcto replicar la obra de artistas como Hayao Miyazaki sin su consentimiento? El legendario director japonés ha sido uno de los críticos más duros de la IA aplicada a la creatividad. Su posición pone el foco en un problema creciente: las herramientas que monetizan sin retribuir a quienes inspiran su funcionamiento.
¿Qué tienen que ver las PYMES con todo esto?
Cada vez más pequeñas y medianas empresas están usando imágenes generadas por inteligencia artificial para campañas, páginas web o redes sociales. Pero ¿se están preguntando de dónde vienen esas imágenes? ¿O si respetan los derechos de autor?
El uso de IA en contenidos visuales no es malo en sí. De hecho, puede ser un gran aliado creativo y económico. Pero el éxito depende del cómo y para qué se utiliza. Usar imágenes que replican el estilo de un artista sin licencia puede ser tan problemático como usar una foto sin derechos.
El consumidor no es ingenuo
Un estudio de VisualGPS (iStock) revela que el 86% de los consumidores latinoamericanos cree que las imágenes generadas con IA deben estar claramente etiquetadas. Además, mientras que aceptan bien imágenes de objetos o paisajes generados por IA, son escépticos con retratos de personas.
Samuel Malave, Gerente de Investigación Creativa en iStock, lo explica así:
“Las imágenes generadas con IA pueden ser un gran aliado para las empresas, siempre y cuando su uso sea transparente y responsable.”
La clave está en la intencionalidad y la transparencia. De hecho, el 74% de los encuestados está dispuesto a ver publicidad con imágenes de IA, pero solo si se usan de forma ética. No se trata solo de estética, sino de confianza.
IA sí, pero con responsabilidad
Para las PYMES, esto se traduce en decisiones estratégicas: elegir herramientas que garanticen derechos comerciales, protegerse legalmente, y mostrar un compromiso genuino con la ética visual.
No se trata de rechazar la IA, sino de adoptarla con criterio. Tal como indica el reporte, el 98% de los consumidores valora las imágenes auténticas. Así que la pregunta no es si usar IA, sino cómo usarla sin perder la credibilidad de tu marca.
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