Un importante hito en la transformación ambiental de la ciudad de Cúcuta ha sido alcanzado gracias a la construcción de un interceptor de aguas residuales en la Comuna ocho. Esta obra, llevada a cabo por Corponor, la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, ha tenido un impacto significativo en la calidad de vida de los habitantes de los barrios Palmeras, Nuevo Horizonte, Belisario, Los Estoraques y Paz y Futuro.



El interceptor, una estructura cerrada y subterránea, ha sido construido a lo largo de más de 4.000 metros de tubería en las quebradas Tonchalá y La Cañada. Este proyecto ha logrado controlar y gestionar eficazmente los vertimientos de aguas residuales, contribuyendo así a reducir los malos olores y a mejorar la calidad de vida de los residentes de la Comuna ocho.
Según Javier Trujillo, profesional de la oficina de Gestión de Proyectos de Corponor, «esta obra busca descontaminar las aguas superficiales de las quebradas Tonchalá y La Cañada, así como otros tipos de vertimientos superficiales». Esto se logra al evitar que las aguas residuales sean vertidas directamente en estas fuentes de agua natural, reduciendo así la contaminación ambiental y mejorando la salud de los ecosistemas locales.
La importancia de esta obra se vuelve aún más evidente al considerar que gran parte de la Comuna ocho descargaba sus aguas residuales en drenajes naturales y quebradas. Este manejo inadecuado de aguas residuales, sumado a una infraestructura sanitaria limitada, estaba generando un aumento en la contaminación ambiental y afectando negativamente la calidad de vida de los habitantes de la zona occidental de la ciudad.
En total, se han instalado cerca de 4.000 metros de tubería con diámetros entre 40 y 48 pulgadas. Esta infraestructura no solo contribuye a la descontaminación hídrica actual, sino que también sentará las bases para la futura construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en la zona. La existencia de esta tubería facilitará la conexión y el transporte eficiente de las aguas residuales hacia la planta de tratamiento, una vez sea construida.
Los resultados de esta obra son palpables y tangibles. La descarga de aguas residuales sobre las quebradas La Cañada y Tonchalá ha sido reducida considerablemente, disminuyendo la contaminación por vectores y malos olores. Francisco Antonio Gómez, delegado de la Junta de Acción Comunal del barrio Palmeras Parte Baja, expresó su satisfacción con el proyecto: «Corponor realizó un trabajo importante, con la colocación de estas tuberías, pues disminuyó de un 70 a un 80% las aguas residuales y además la obra le quitó fuerza de corriente a las aguas lluvias al canal».
Este proyecto ejemplifica el compromiso de Corponor y de la comunidad en la búsqueda de soluciones innovadoras y sostenibles para los desafíos ambientales de la región. La construcción de interceptores es una estrategia fundamental para minimizar el impacto negativo de los vertimientos de aguas residuales y contribuir al cuidado y preservación de los recursos hídricos en Cúcuta.