Por estos días de paro en Colombia y en Cucúta, hay algo que no para, el hambre. “Son 66 niños que les brindamos desayuno y almuerzo, pero en pocos días llegarán 50 más y no alcanza el dinero para darles comida a tanto niño”. Cristian Bustamante es el forjador de este abnegada labor humanitaria que el bautizó como Sol Renaciente.
Cristian llegó hace un año a este asentamiento humano de Cúcuta y lo que vio lo dejó impresionado. Pobreza y hambre por todos lados. Con lo poco y mucho que reunió organizó un restaurante comunal para darle alimento a 50 pequeños de estos sectores vulnerables de la Comuna 10 como de Cerro Pastel, Maria Teresa y Las Malvinas Parte Alta. “El llamado es para que nos ayuden con esta obra, los niños cada vez son más y la comida menos. Mi bolsillo ya no da para más”.
Dos cocineras hacen a diario el milagro de la multiplicación de las sopas, los secos y los jugos. Sol Renaciente quiere seguir brillando y aportando corazón para frenar el flagelo del hambre en la niñez cucuteña y por eso la fundación necesita del apoyo de todos