En el ámbito empresarial, el 60% de cada dólar invertido en TI se destina a solventar problemas de deuda técnica, según Axity. ¿Qué implica esto para la sostenibilidad de los proyectos tecnológicos?
¿Qué es la deuda técnica?
La deuda técnica surge cuando, en el desarrollo de software, se priorizan soluciones rápidas o económicas sobre códigos robustos y bien estructurados. Esto puede generar problemas que afectan la escalabilidad, sostenibilidad y eficiencia de los sistemas. Javier Rodríguez, Director de Inteligencia Artificial en Axity, compara esta situación con una hipoteca: “Los atajos iniciales generan intereses que se pagan con mayores costos y complicaciones futuras”.
Consecuencias de la deuda técnica
Entre los principales efectos negativos destacan:
- Costos ocultos: Resolver problemas derivados de la deuda técnica puede incrementar los costos de mantenimiento hasta en un 50%.
- Retrasos: Modificar sistemas afectados ralentiza la entrega de nuevas funcionalidades, impactando la competitividad.
- Riesgo de fallos: El código defectuoso aumenta la probabilidad de errores, dañando la estabilidad y reputación de las empresas.
- Falta de innovación: Equipos ocupados resolviendo problemas no pueden centrarse en proyectos estratégicos.
- Pérdida de talento: Los desarrolladores frustrados tienden a abandonar empresas con altos niveles de deuda técnica.
Soluciones para mitigar el impacto
Rodríguez recomienda priorizar la corrección de la deuda técnica con herramientas especializadas, metodologías impulsadas por IA y equipos capacitados. Resaltó la importancia de “hacer visibles las tareas de corrección y destacar los beneficios, como estabilidad y escalabilidad, frente a los riesgos de ignorarlas”.
Resolver la deuda técnica no solo reduce costos y mejora la experiencia del usuario, sino que también motiva a los desarrolladores a innovar. A largo plazo, esta inversión asegura la sostenibilidad tecnológica y el éxito empresarial.