Las comunicaciones se han convertido en una de las herramientas más importantes de cualquier organización para conectar con sus públicos de interés y mantener su reputación; tener los mensajes alineados a los valores de la empresa a través de los canales corporativos digitales es algo que se da por sentado y, en la mayoría de casos, se tiene controlado. En línea a ello, el rol de los voceros y empleados también es protagónico, y la importancia de proteger su huella digital es fundamental.
Hablar del rastro de los comportamientos, acciones, publicaciones y comentarios en los canales digitales, como en las redes sociales de los colaboradores, así como sus implicaciones, es un protocolo que toda compañía debe abordar. Lo anterior entendiendo que todo aquello que compartimos y la manera en que interactuamos a lo largo del tiempo, tiene un impacto duradero en la percepción que otros tienen de nosotros y que va más allá de las pantallas, trascendiendo al mundo real.
“Los voceros de las compañías son embajadores de las marcas, y su responsabilidad es tal que trasciende a los espacios personales. Todo lo que compartan en línea influye directamente en la percepción que los demás tienen de ellos como personas y en la organización que representa. No es censura, pero la presencia digital debe estar alineada a los valores y la cultura de la compañía; por eso, es fundamental mantener una huella digital positiva, responsable y coherente con la identidad corporativa”, afirma Karen| Piñeros, Co Fundadora de Black, agencia de comunicaciones.
De acuerdo con un informe del Ranking PAR de Equidad de Género, el 59,6 % de las empresas aún no cuentan con protocolos para el manejo del acoso generado a través de medios digitales, siendo las mujeres las más afectadas, pues el 60 % de ellas aseguran haber sido acosadas a través de herramientas digitales, ya sea por casos de extorsión, por ciberacoso, injuria o calumnia, o amenaza.
Para hacerle frente a lo anterior, y entendiendo que la huella digital es permanente: lo que compartimos hoy puede tener repercusiones en el futuro, Black entrega algunas recomendaciones para proteger a los colaboradores y voceros corporativos en los canales digitales:
- Todas las redes sociales, incluso WhatsApp, son públicas: así no lo creas, lo que publicas en tus “close friends” de Instagram o lo que compartes en tu grupo de amigos o colegas de WhatsApp se puede volver viral. Durante los últimos años, hemos sido testigos de cómo conversaciones que parecían ser entre un grupo reducido y cercano de personas, se vuelven de conocimiento público, afectando la reputación e incluso la vida personal y profesional de los involucrados.
- Un disclaimer no te exonera de la responsabilidad: es común encontrar en el encabezado de muchos perfiles de usuarios en redes sociales una advertencia genérica: “las opiniones expresadas en este perfil son personales y no representan a mi empleador“. Pero esta declaración no garantiza que nuestras acciones en redes sociales no afecten a la compañía.
En un mundo interconectado, nuestra reputación digital está estrechamente vinculada con la de la empresa que representamos. Por eso, como voceros, debemos ser conscientes de la trascendencia de nuestras acciones en línea y actuar con responsabilidad para proteger la imagen de la organización.
- Tu comportamiento en línea puede ser percibido como un reflejo de la cultura organizacional de la empresa: si como vocero tienes una huella digital responsable, es más probable que el público confíe en la empresa y los valores. Pero si tus acciones no son adecuadas, puedes causar una crisis reputacional para la compañía.
- Revisa tu trayectoria en redes: las publicaciones olvidadas y que ya no representan lo que eres hoy en día pueden resurgir y tener un impacto negativo en tu imagen. Por eso, te recomendamos hacer una curaduría de tus redes sociales y eliminar cuidadosamente el contenido que pueda afectar tu reputación actual.
- No solo es lo que publicas, también el contenido que sigues: todo tu comportamiento en redes es público. Cualquier persona podrá conocer las publicaciones a las que les has dado “me gusta”, que has compartido o comentado. Hemos visto a muchas figuras relevantes caer en crisis reputacionales por un simple “like”.
- Gestiona la privacidad de tus cuentas: utilizar configuraciones de privacidad adecuadas puede ayudar a controlar qué información es pública y cuál es privada. Sin embargo, esto no es garantía de que el contenido no va a salir de ese círculo de personas que has incluido. Ser conscientes de qué estamos compartiendo y con quién es muy importante para proteger nuestra privacidad y seguridad en línea.
- Respirar antes de publicar: implementar la ley de los tres segundos para pensar, “si este comentario aparece mañana en todas las redes y medios, ¿sería capaz de sostenerlo?” si es así, puedes publicar, de lo contrario toma un respiro.
“Es indispensable que todos los colaboradores, en especial los voceros, conozcan las consecuencias que puede alcanzar el contenido que comparten en línea, así como la responsabilidad que adquiere en el entorno físico. Stalkeate, ve a tus redes sociales y revisa tus publicaciones desde que abriste el perfil, seguro encontrarás cosas que te sorprenderán, y que son mejor eliminar”, puntualizó Piñeros.
Una adecuada gestión de huella digital y su evolución ante nuevos escenarios de riesgo que representan los avances tecnológicos, así como capacitación constante a todo el equipo sobre su correcto uso, debe ser la brújula que toda organización debe incluir para la protección de su negocio, pues las acciones individuales y personales pueden estar ligadas directamente a la marca.