El patinaje en Colombia se ha consolidado como uno de los deportes más importantes y exitosos del país, no solo por los títulos mundiales que ha acumulado la Selección Nacional, sino también por el creciente número de jóvenes que lo practican y sueñan con ser los próximos campeones. Según el Ministerio del Deporte, actualmente, se estima que más de 70.000 personas practican este deporte, ya sea en clubes, escuelas, o a nivel recreativo
La infraestructura deportiva y el enfoque en la formación integral de los patinadores han permitido que Colombia sea reconocida como una potencia mundial en esta disciplina, con una fuerte presencia en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Gracias a la dedicación de los entrenadores y al impulso de las federaciones y clubes deportivos, el patinaje ha crecido tanto en popularidad como en resultados deportivos a nivel internacional.
«A nivel nacional, hay 27 delegaciones registradas ante la Federación Colombiana de Patinaje, lo que permite la promoción del deporte y la participación de los jóvenes en diversas competencias locales, regionales e internacionales. Ya estamos próximos a cumplir 100 años desde que se creó el primer espacio deportivo para esta modalidad, y gracias al arduo trabajo de deportistas y entrenadores, logramos que hoy en día este sea el deporte que más títulos ha dejado al país”, explicó Julián Muñoz, coordinador de Escuelas Deportivas Terrestres de Compensar.
En los últimos 22 años, la Selección Colombia de Patinaje ha conseguido 19 títulos mundiales, con un total de 732 medallas, de las cuales 349 son de oro, 242 de plata y 141 de bronce. Uno de los pilares de este éxito es la motivación que se ha dado a niños y jóvenes a través de las escuelas de formación en todo el país. «En nuestra escuela de patinaje se entrenan más 2.200 niños y jóvenes. A través de las herramientas deportivas y pedagógicas desarrolladas por Compensar, se preparan física y mentalmente y sueñan con alcanzar lo que han logrado grandes exponentes como ‘La Chechi’ Baena y Berenice Moreno», agregó el coordinador de Escuelas Deportivas Terrestres de Compensar.
Uno de estos jóvenes deportistas es Juan Rosero, un bogotano de 15 años que, día a día, se prepara para cumplir su sueño de ser patinador profesional. Juan inició su formación deportiva a los 6 años, cuando combinaba la práctica de natación con el patinaje, pero, con el tiempo, este último se convirtió en su pasión y estilo de vida. Su abuela, tíos y papás, han sido un apoyo fundamental durante sus años de competencia ya que son ellos quienes lo alientan desde la tribuna, haciéndole frente al clima, las distancias o los horarios de entrenamiento.
“Tras la pandemia, tuve la oportunidad de demostrar mi talento en las convocatorias del equipo de patinaje de alto rendimiento de Compensar, al que logré ingresar y espero seguir siendo el orgullo de mi familia. Cuando inicié con el nuevo grupo, el entrenar con deportistas de otras ciudades, viajar y conocer nuevos profesores fue un cambio total en cuanto a exigencia física y mental. Entreno día a día para dar lo mejor de mí y traer más títulos para el equipo», concluyó Juan.
Así como Juan, miles de jóvenes entrenan arduamente y se forman como ciudadanos íntegros, aprendiendo valores fundamentales como la resiliencia, la gestión de emociones y el manejo de la presión. “El proceso de Juan Rosero es un claro ejemplo del proceso deportivo que se debe cumplir en un menor, iniciando por los semilleros y escuelas de formación deportiva, en las cuales brinda un acompañamiento para fortalecer los fundamentos básicos del patinaje y que, con su desempeño, vayan ascendiendo de categoría hasta llegar al alto rendimiento”, aseguró Julián.
Así como este joven bogotano, miles de atletas involucrados en este deporte sueñan con que algún día el Comité Olímpico Internacional incluya esta modalidad en los Juegos Olímpicos, lo que permitiría a Colombia traer muchas más medallas para el país. Mientras tanto, los equipos de las cajas de compensación, los clubes privados y escuelas deportivas públicas, siguen priorizando el acompañamiento, que no solo se preocupa por la enseñanza motriz del deporte, sino que aborda al atleta en diversas dimensiones del ser como la socioafectiva, cognitiva, táctica y técnico-motriz, para estar preparados para dicho momento.