Según la reciente encuesta de sostenibilidad global desarrollada por la consultora Bain & Company, en Latinoamérica el 81% de los consumidores están preocupados por los procesos de sostenibilidad que implementan las compañías durante la elaboración de los productos que consumen, por lo que actualmente eligen aquellos que cuenten con un proceso de trazabilidad ambiental.
A pesar de esta iniciativa de adquirir productos más sostenibles, el principal reto al que se enfrentan los consumidores en la región es el alto costo que estos tienen, ya que el 47% de los encuestados consideran que estos suelen tener precios más elevados respecto a aquellos que no tienen procesos sostenibles ambientalmente. Además de los altos precios que pueden tener los productos, la encuesta refleja que el 24% de los encuestados consideran que la adquisición de estos productos requiere de más tiempo y esfuerzo por parte de ellos, por lo que no han migrado a consumir este tipo de productos. Asimismo, un 27% asegura no sentirse incentivado a realizar el cambio, por lo que no lo ve como una prioridad dentro de su rutina de consumo. Sin embargo, en el mediano plazo consideran aumentar significativamente el consumo de productos o marcas con compromisos responsables ambientalmente.
Para Catalina Fajardo, socia de Bain & Company Colombia, el fenómeno de la inflación mundial post pandemia es uno de los factores que más ha incidido en el aumento de los precios. Por tal motivo, múltiples empresas y emprendimientos se han abierto camino en el mercado ofreciendo productos elaborados localmente, lo que les permite reducir los costos de producción y beneficiar a los consumidores finales tanto en su economía como en su intención de consumir elementos más sostenibles, ya que pueden tener una trazabilidad sobre los componentes del producto que adquieren.
Para los encuestados que adquieren estos productos, las prácticas sostenibles ambientalmente son más creíbles en empresas o negocios locales, por lo que se sienten más confiados de adquirirlos con estas iniciativas que con empresas multinacionales, las cuales solo el 28% consideran que tienen en realidad alguna práctica responsable con el medioambiente.