Mayo Clinic y sus colaboradores publicaron un trabajo aún preimpreso acerca de las dos señales principales de eficacia de la terapia con plasma para pacientes de COVID-19, en futuros ensayos clínicos. El Programa de Acceso Ampliado (EAP, por sus siglas en inglés) dirigido por Mayo, permitió extraer los datos al plasma de convalecientes para el tratamiento de pacientes hospitalizados por COVID-19.

En el artículo “Efecto del plasma de convalecientes en pacientes hospitalizados por COVID-19: experiencia inicial de tres meses”, los investigadores informaron acerca de una relación entre el momento de la transfusión del plasma y menor mortalidad en una cohorte de 35.322 pacientes. Dicha cohorte incluyó una gran proporción de enfermos de gravedad al momento de la transfusión: un 52,3% estaba en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y un 27,5% necesitaba ventilación mecánica.
Los científicos también informaron que en un subconjunto de esta cohorte (3.082 pacientes) hubo una relación entre menor mortalidad y transfusiones de plasma con niveles altos de anticuerpos contra el virus que causa la COVID-19. En concreto, se observó lo siguiente:
La tasa de mortalidad a los 7 días se redujo en los pacientes transfundidos dentro de los primeros tres días del diagnóstico de COVID-19, comparado con los pacientes que recibieron la transfusión cuatro o más días después del diagnóstico de la enfermedad por coronavirus. La tasa de mortalidad a los 30 días mostró una tendencia similar.
La administración del plasma de convalecientes con niveles altos de anticuerpos se relacionó con menor mortalidad a los 7 y a los 30 días.
La cohorte en general incluyó una representación diversa de participantes en cuanto a edad, sexo, peso, raza y origen étnico. Entre los participantes en el estudio había aproximadamente un 40% de mujeres, 38% de personas de origen hispano o latino, 19% de personas de origen afroamericano y 4% de personas de origen asiático. El estudio incluyó como participantes a adultos inscritos en el Programa de Acceso Ampliado para plasma de convalecientes y quienes ingresaron al hospital debido a presentar (o correr riesgo de presentar) síndrome respiratorio agudo severo o mortal por la COVID-19.
Es importante anotar que el Programa de Acceso Ampliado no es, ni nunca tuvo intención de ser, un ensayo clínico para determinar la eficacia del plasma de convalecientes. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos lo estableció como un programa que brinda más acceso al plasma para ayudar a los enfermos de gravedad en el momento más álgido de la pandemia y determinar la seguridad de las transfusiones de plasma.
Las observaciones que se hagan ahora pueden señalar factores que podrían influir sobre el tratamiento y que permitirían dirigir los ensayos clínicos aleatorios necesarios para establecer la eficacia. El propósito fue ofrecer un procedimiento que tenía antecedentes de aplicación en un momento en el que no existía ningún tratamiento conocido para esta afección mortal.
Los investigadores mencionan otras limitaciones del estudio:
No había datos respecto a una posible dosis adecuada.
Los criterios de inclusión eran amplios, pero los de exclusión eran mínimos.
No había un protocolo estandarizado para el tratamiento.
Los lugares de inscripción eran muy diversos y variaban desde hospitales universitarios hasta hospitales comunitarios.
La capacitación del personal fue mínima, igual que los detalles precisos de los datos informados.
De acuerdo con los resultados, los avancen podrían señalar luz verde para soluciones más cercanas, que disminuyan la mortalidad producida por el virus de la COVID-19.