En medio de los verdes paisajes del corregimiento de Tres Bocas, en el corazón del Catatumbo, el sonido de pasos decididos y el murmullo de oraciones llenaron las calles. La comunidad, con velas encendidas y banderas ondeando, marchó en un emotivo evento que selló su compromiso con la paz, en el marco de la Semana por la Paz.
La Subestación de Policía Tres Bocas, en coordinación con la comunidad educativa de la Escuela Sede Tres Bocas y La Aduana, los profesores, los estudiantes y sus familias, encabezó esta “Marcha por la Paz”. También estuvieron presentes los líderes de la Junta de Acción Comunal, quienes con orgullo marcharon al lado de los uniformados, como símbolo de la unión entre la comunidad y las autoridades en la búsqueda de un bien común: la paz.
Desde el primer paso, fue evidente que este no era solo un recorrido, sino una declaración de esperanza. Las pequeñas manos de los niños, que sostenían firmemente las velitas, reflejaban la pureza de su deseo por un futuro mejor. Los adultos, con la mirada fija en el horizonte, compartían una misma ilusión: que los días de violencia y conflicto fueran cosa del pasado. Y entre todos ellos, la Policía Nacional, como un puente que une corazones, caminaba hombro a hombro con la comunidad, reforzando la importancia del trinomo de la seguridad: comunidad, autoridades y fuerza pública.
“Cada paso que damos hoy es un paso hacia la paz”, mencionó un profesor con la voz entrecortada, mientras alzaba su vela hacia el cielo. La luz de esas pequeñas llamas, dispersas por todo el corregimiento, iluminaba no solo las calles, sino también los corazones de quienes soñaban con una vida lejos de la violencia.
Los niños, con sus sonrisas inocentes, marcaban el ritmo de la marcha, recordando a todos que la paz es un legado que se construye desde la infancia. Las madres y padres que los acompañaban compartían entre murmullos sus anhelos de un futuro donde el miedo no tenga cabida.
Al finalizar el recorrido, en un acto cargado de simbolismo, las banderas de Colombia y de la paz se elevaron frente a la pequeña plaza del corregimiento, ondeando con firmeza. Allí, todos los participantes se unieron en un abrazo comunitario que selló la jornada con esperanza. La Policía Nacional reafirmó su compromiso de seguir trabajando por la seguridad y el bienestar de los habitantes de Tres Bocas, subrayando que el verdadero cambio empieza en el esfuerzo conjunto.
La “Marcha por la Paz” de Tres Bocas no fue solo una caminata. Fue una promesa colectiva. Una promesa de que, en el Catatumbo, la paz es posible. Y que, unidos, la comunidad y la fuerza pública pueden construir un futuro donde la violencia ceda paso al diálogo, al respeto y, sobre todo, a la vida en armonía.