El agotamiento emocional en padres y madres se ha convertido en una realidad silenciosa pero cada vez más común. Conoce las señales de alerta y cómo cuidar tu salud mental mientras crías.
El cansancio de ser padre en un mundo hiperconectado
Bogotá, abril de 2025. La crianza moderna, entre rutinas laborales, expectativas sociales y la inmediatez de la tecnología, ha generado una nueva epidemia emocional: el burnout parental. Este término, antes poco conocido, hoy define el estado de agotamiento físico, mental y emocional que viven miles de madres y padres cuando la crianza se convierte en una carga constante e insostenible.
Según un estudio reciente del Observatorio Colombiano de Bienestar Familiar, el 68% de los padres en zonas urbanas reportan niveles elevados de estrés relacionado con la crianza. Además, el 54% de las madres trabajadoras reconoce sentirse emocionalmente drenada al final del día.
¿Cómo reconocer el burnout parental?
Natalia Baquero, trabajadora social de la Clínica Eirén, explica que este tipo de desgaste no solo impacta la mente, sino también el cuerpo: “Hay síntomas claros como irritabilidad, ansiedad, insomnio, dolor físico y una sensación de desconexión con los hijos. Muchos padres dicen sentirse como robots cumpliendo funciones”.
Entre los síntomas más comunes están:
- Agotamiento crónico.
- Sentimientos de incompetencia como padre o madre.
- Desconexión afectiva con los hijos.
- Irritabilidad o fastidio constantes.
- Idealización de una versión anterior de sí mismos.
Las mujeres, más vulnerables
Las madres siguen llevando la mayor carga emocional y práctica. Según cifras del DANE, el 80% de las familias monoparentales en Colombia están a cargo de mujeres. Y aunque cada vez más mujeres trabajan fuera del hogar, muchas siguen asumiendo la mayor parte de las tareas domésticas y de crianza.
“Los estereotipos de género y la presión social hacen que muchas madres no se permitan fallar ni pedir ayuda, lo que alimenta el desgaste”, afirma Baquero.
¿Cómo salir del círculo del agotamiento?
Salir del burnout parental no es fácil, pero es posible. Estas son algunas recomendaciones clave:
1. Reconocer el agotamiento
Aceptar que algo no está bien es el primer paso. El malestar no debe ser normalizado ni minimizado.
2. Hablarlo en familia
Comunicar el estado emocional con la pareja, hijos u otros familiares es fundamental para distribuir mejor las responsabilidades.
3. Espacios de autorreflexión
Tomarse momentos de silencio o introspección ayuda a identificar las causas específicas del agotamiento.
4. Activar redes de apoyo
Pedir ayuda no es rendirse. Delegar tareas, apoyarse en familiares o amistades reduce la sobrecarga.
5. Buscar ayuda profesional
La terapia psicológica es una herramienta efectiva para sanar emocionalmente y recuperar el bienestar.
Cambiar la narrativa de la crianza
Ser madre o padre no significa sacrificar la salud mental. Reconocer los límites, hablar de lo que duele y buscar apoyo no es debilidad, sino una forma valiente de amar. En un mundo cada vez más acelerado, cuidar de uno mismo también es una forma de cuidar a los hijos.
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