Doña María Brígida Alarcón, una mujer de 86 años, celebra su cumpleaños rodeada de amor y gratitud en el barrio San Rafael. Esta fecha especial es marcada por una serenata, obsequios, abrazos y sonrisas provenientes de los uniformados del grupo de gestión comunitaria y la junta de acción comunal.
En apariencia, puede parecer una mañana común, pero para doña María, es un momento de felicidad al llegar a sus 86 años de vida. A lo largo de su vida, ha experimentado momentos de alegría y tristeza, pero su rostro refleja las ganas que tiene de seguir adelante, de luchar y entregarse a su comunidad. Es un verdadero regalo presenciar su sonrisa cuando la Policía Metropolitana de Cúcuta llega a su puerta con una deliciosa torta para darle la bienvenida y un beso en la mejilla. Le desean un feliz cumpleaños y, de paso, un feliz Día de las Madres.
Nuestra anfitriona se encuentra emocionada y sus ojos se llenan de lágrimas de alegría mientras la orquesta de la Policía entona hermosas canciones en su honor. La gente del barrio la rodea para mostrarle su cariño y admiración. Doña María continúa participando en las reuniones de la junta de acción comunal, siempre presente, brindando ayuda y aportando su granito de arena.
«Ella lo es todo para mí. Yo soy sus ojos porque siempre he estado a su lado durante toda su vida», dice su hija mayor, expresando todo su amor hacia su madre. Doña María se ha ganado el cariño de todos con su dulzura y generosidad, convirtiéndose en un ejemplo a seguir para los jóvenes. Por esta razón, el grupo de gestión comunitaria decide reconocerla por su vida de entrega y servicio a la comunidad, convirtiéndose en una gran amiga de la Policía Nacional.
Esta historia de vida nos inspira a vivir cada día con amor, ayudando al prójimo sin esperar nada a cambio. Es un testimonio de la importancia de llevar una vida plena, sin importar la edad, las diferencias de pensamiento o género. La Policía Metropolitana de Cúcuta guarda un sentimiento especial hacia doña María, agradeciendo a su familia, amigos y vecinos del sector por acompañarla en este maravilloso día, contribuyendo así a la construcción de una sociedad mejor.
El amor incondicional de una madre como doña María trasciende barreras y nos recuerda el valor y la importancia de cuidar y apreciar a quienes nos rodean.