El 6 de abril del 2000, integrantes de un grupo paramilitar asesinaron a 20 personas residentes en los barrios La Unión, Once de Febrero y El Triunfo de este municipio nortesantandereano.
Tibú, 6 de abril de 2020. Tibú, Norte de Santander, es la puerta de ingreso a la zona del Catatumbo. Sus habitantes reconstruyen el tejido social en medio de las secuelas dejadas por el conflicto armado a finales de la década de los 90 y principios del 2000 que dejó en esta población, más de 20.800 víctimas, según la Red Nacional de Información.
A 20 años de una de las masacres registradas en este municipio, la población civil ha sido partícipe del proceso de reparación integral que implementa la Unidad para las Víctimas, con cientos de familias afectadas por la violencia en una de las zonas con mayor alteración del orden público en el territorio nacional.
El 12 de marzo del 2014, la comunidad del área urbana de Tibú, afectada por distintos hechos violentos, fue incluida como Sujeto de Reparación Colectiva en el Registro Único de Víctimas. Desde entonces, la territorial Norte de Santander y Arauca ha venido implementando una serie de acciones enmarcadas en el plan de reparación colectiva cuya inversión supera los $24.000 millones.
Según la Red Nacional de Información, el Gobierno nacional ha destinado $14.483 millones en reparaciones con 1.796 giros. En atención y ayudas humanitarias $8.998 millones con 15.127 giros y alrededor de $600 millones en subsidiariedad, proyectos de infraestructura social y de complementariedad agropecuaria enmarcada en el área de prevención y asistencia.
De igual manera, la Unidad para las Víctimas, ha desarrollado acciones que han promovido la recuperación de la confianza en la institucionalidad, a través de jornadas de sensibilización sobre la oferta que maneja el Servicio Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas (SNARIV) y ferias de servicios.
En diciembre de 2019, la Unidad para las Víctimas, cerró una de las medidas de reparación enmarcadas en el componente de rehabilitación, implementadas en el desarrollo de la estrategia “Entrelazando” que según la directora territorial de la entidad, Alicia María Rojas Pérez, se realizó con participación del grupo de tejedores y tejedoras de esta población afectada por la violencia.
“Esta estrategia tuvo como fin la reconstrucción del tejido social, el renacer de la comunidad que le apuesta al cambio social. Hemos implementado acciones que dan avance al proceso de reparación integral, seguiremos en esta labor misional para garantizar los actos administrativos que tenemos pendientes en este municipio de Norte de Santander según lo contempla la ley 1448”, señaló la funcionaria.
Por su parte, la comunidad reconoció el acompañamiento psicosocial brindado por la Unidad: “Nos permitió superar algunos duelos que teníamos pendientes, duelos colectivos como duelos individuales, nos permitió fortalecer nuestra persona, nos permitió empoderarnos, reconocer nuestro liderazgo, el acompañamiento psicosocial permitió restablecer el tejido social en nuestras comunidades”, dijo Adriana Hernández, integrante del Comité de Impulso.
Además, con la estrategia Entrelazando, la Unidad para las Víctimas impulsó la conformación de la organización y la formulación del proyecto “Peces del Catatumbo”, que se dio como una medida de reparación colectiva para el municipio de Tibú.
Este proyecto enmarca la resiliencia y el empoderamiento de este grupo de víctimas. “La Unidad nos socializó la convocatoria del Ministerio de Trabajo para proyectos productivos y nosotros empezamos hacer una evaluación de comercialización y venta y escogimos peces para su comercialización”, dijo la Coordinadora de la Corporación, Adriana Hernández.
De esta manera, nació la Corporación Catatumbo Jóvenes para las Paz, que concentra a 21 familias de las cuales el 90 % son mujeres cabezas de hogar y el 98 % son víctimas del conflicto armado.
Con otras entidades del orden territorial, nacional y en conjunto con el sector privado se han adelantado jornadas relacionadas ferias anuales de empleo, programas orientados a la recuperación de las relaciones familiares y la no utilización de la violencia en la resolución de conflictos, se conformó el comité de impulso para mejorar y garantizar el plan integral de reparación colectiva y fortalecer de manera organizacional las asociaciones existentes en el casco urbano del municipio para ejercer incidencia en la política pública y social de la ley de víctimas. Así mismo, se instaló un punto de atención de la Unidad para las Víctimas en el casco urbano del municipio