Uno de los principales frentes de trabajo debe tratar la salud mental de la población migrante y la local
La Universidad Simón Bolívar Cúcuta a través del grupo de investigación Altos Estudios de Frontera – ALEF, presentó el estudio la “Movilidad Humana Venezolana, Realidades y Perspectivas de quienes Emigran”, con datos de 14.578 venezolanos encuestados. El trabajo se realizó de manera conjunta con la Universidad Católica del Táchira y el Servicio Jesuita a Refugiados de Venezuela, con el apoyo de Migración Colombia.
La socialización tuvo lugar en un encuentro donde además se proyectaron las prospectivas de actuación frente a la situación que aqueja la frontera colombo venezolana.
Rina Mazuera Arias, investigadora, docente Unisimón de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y líder de ALEF explicó que el estudio se realizó con los venezolanos que cruzaron caminando el límite fronterizo entre San Antonio del Táchira (municipio Bolívar) o Ureña (municipio Pedro María Ureña) del estado Táchira (Venezuela), hacia el registro del control migratorio en la oficina de Migración Colombia, ubicada en La Parada, municipio Villa del Rosario, Norte de Santander (Colombia), desde el 9 de abril hasta el 6 de mayo de 2018.
“Se trató de un ejercicio de análisis de migración regular en este período de tiempo, en el cual se evidenció, la manera cómo la crisis venezolana está expulsando a sus connacionales para que busquen mejores oportunidades de vida y así, puedan satisfacer sus necesidades. Es una migración forzada donde se están viendo vulnerados los derechos humanos”, puntualizó la investigadora.
Resultados del informe desde el contexto venezolano
De acuerdo con las cifras más relevantes halladas, el 50% de los encuestados son hombres y el 46% son mujeres; en su mayoría solteros, entre los 20 y 39 años de edad, en un alto porcentaje con estudios universitarios. Dato que representa una importante pérdida de la fuerza productiva del país vecino, puesto que esta población se radicará en otros países y no se tiene la plena seguridad que regresen a reconstruir a Venezuela en el momento propicio, añadió la investigadora y docente Unisimón de la Facultad de Administración y Negocios, Neida Albornoz Arias, quien también participó en la construcción del perfil sociodemográfico.
Otras conclusiones del proceso de recolección de información, manifiestan algunas causas de la situación migratoria. Las de mayor frecuencia en los encuestados fueron, buscar ambientes más seguros, huir de la inseguridad, desesperación ante lo que pasa en el país y hambre.
Mazuera señaló que “el poder adquisitivo del salario del venezolano cayó al nivel más bajo de los últimos 20 años. Una de las cifras más relevantes indica que con 40 trabajos un connacional podrá cubrir solamente el costo de la canasta básica alimentaria, dejando por fuera el vestuario, vivienda, educación y el resto de necesidades. Esto es imposible.”
Familias separadas, xenofobia y otros aspectos sociales
La desfragmentación de las familias y el impacto en los ciudadanos colombianos receptores de los emigrantes, fueron otros puntos analizados. Carolina Ramírez, docente e investigadora Unisimón de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, comentó que para hacer frente a estas situaciones se deben categorizar dos propuestas puntuales, una hacia la población migrante y otra hacia la local.
“Los migrantes están atravesando por difíciles condiciones de salud mental más allá de las limitaciones socioeconómicas primarias. El estrés, el duelo, el cambio de cultura, de estatus, la falta de oportunidades, la pobreza extrema y los casos de explotación sexual, entre otros, al que se han sometido forzosamente, requieren de una atención urgente”, dijo Ramírez.
¿Y tienen la intención de regresar? Fue la última pregunta formulada a los encuestados. Según explicó Albornoz, el 85,2% de los encuestados estiman un posible retorno a Venezuela, por su familia y la estabilidad del país, ante un cambio de Gobierno, porque manifiestan que no hay un país como Venezuela, por sus hijos, padres y por su cultura.
Por su parte, los ciudadanos locales como receptores se enfrentan a una visión territorial afectada por que ven amenazado su trabajo, el espacio en los parques y su seguridad en las calles, situación que causa xenofobia, impacta la dinámica social de los cucuteños y también incide en su salud mental.
Uno de los planteamientos para hacer frente a los hallazgos del informe consiste en construir entre la Universidad y los organismos involucrados en el fenómeno migratorio, una visión de integración y pluralismo social para que se transforme la recepción entre colombianos y venezolanos. El papel de la academia también consiste en incidir en los lineamientos para el diseño de políticas públicas migratorias efectivas y programas focalizados, según manifestaron las investigadoras.
Desde la dimensión educativa, María Antonia Cuberos de Quintero, docente e investigadora Unisimón, señaló la importancia del proceso de legalización de los estudiantes y cómo se está generando su integración y adaptabilidad en el ambiente escolar, teniendo en cuenta que los niños vienen con una serie de traumas y complejidades psicológicas que afectan a su rendimiento.
Marisela Vivas García, también añadió que con base a los resultados del informe, se concluyó que docentes no están capacitados para atender ese incremento de niños migrantes. Estas variables también pertenecen a la etapa de diagnóstico de nuevos artículos que serán emitidos por ALEF.
Diagnóstico en construcción y aportes a la institucionalidad regional
El informe hace parte de un proyecto liderado por la Universidad Simón Bolívar a través del Grupo de Investigación ALEF, que analiza las dinámicas transfronterizas en el contexto Norte de Santander y Táchira. Por el momento se cuenta con el perfil sociodemográfico del emigrante venezolano en el que además se destaca que el 37,5% manifestaron que se quedan en Colombia y 86,8% se distribuyen en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cali, mientras que apenas 0,8% se quedaron en Cúcuta. Los otros países de destino que concentran el 56,8% de los migrantes venezolanos, son Perú, Ecuador y Chile, estos últimos por tener políticas migratorias flexibles.
En el encuentro, al que asistieron representantes de organismos públicos y privados, se obtuvieron miradas articuladas a la postura investigativa de la Universidad. Rafael Darío Eugenio Parada, director de la regional Norte de Santander Migración Colombia, calificó como oportuno el estudio, resaltando el papel que tiene la academia en la situación migratoria, a partir de los estudios que permiten tener mayor claridad sobre la realidad.
Por su parte, Juan Carlos Cortés Arias, secretario departamental de Fronteras y Cooperación Internacional comentó los estudios de caracterización adelantados por el Gobierno Nacional y destacó el estudio de la Unisimón como insumo para fomentar una ordenanza fronteriza.