Dentro de la evolución digital de diferentes sectores en el país, la industria financiera lleva la delantera. Hoy existen nuevos modelos como las billeteras online, fintechs y apps bancarias que permiten incluir a muchos más colombianos en el sistema financiero, a través de una oferta variada que responde a todas sus necesidades.
Como consecuencia de la pandemia, a corte de septiembre, el indicador de acceso a productos financieros llegó al 87,1% ubicando más de 31 millones de colombianos adultos bancarizados, de acuerdo con Banca de las Oportunidades. Datos como estos indican que la curva de crecimiento de esta industria es positiva gracias a la tecnología.
En este sentido, se han identificado nuevas oportunidades para seguir fortaleciendo el sistema; una de ellas es el Open Banking o la apertura financiera mediante el uso de los datos.
A través de la posibilidad de compartir información de los usuarios entre entidades financieras y no financieras, aparecen nuevos beneficios tanto para las empresas como para las personas. Uno de ellos es la disminución de los tiempos que usualmente toma acceder a un servicio o realizar un trámite, ya que las empresas pueden agilizar notablemente sus procesos al tener la información de los usuarios disponible más fácilmente. Además, las personas tienen mayor autonomía y control en el uso de sus datos personales y pueden tomar mejores decisiones financieras gracias a la facilidad para elegir el producto y banco de su preferencia. Por otra parte, las entidades podrán acceder a esta información para construir nuevos servicios de valor agregado a sus clientes y ofrecer productos más personalizados y ofertas más adecuadas según las preferencias.
Así mismo, en el contexto nacional aparecen nuevos retos de cara a la apertura financiera y el buen uso y manejo de los datos es uno de ellos. De acuerdo con el estudio 2021 Digital Global Overview Report desarrollado por We Are Social y Hootsuite, el 35,9% de los usuarios colombianos se preocupan por el uso que hagan las empresas de su información personal.
En países como México, para alcanzar el modelo de open banking se creó la Ley Fintech que habilita el tránsito de diferentes tipos de datos con el objetivo de compartir los beneficios antes mencionados. Dentro de estos se encuentran algunos sensibles como los transaccionales (consumo de productos financieros como cuentas bancarias y créditos) que, según la regulación, podrán ser compartidos solo a través de la autorización del usuario.
¿Qué necesita Colombia?
Dentro del panorama nacional, la confianza del cliente es un pilar fundamental para la construcción del concepto. Las entidades financieras que participen en el desarrollo del sistema deberán poner al usuario en el centro, haciendo uso de tecnologías y servicios complementarios.
Los servicios de identidad digital funcionan como herramienta para certificar la validez de los datos y reducir riesgos de suplantación en los procesos de apertura de productos financieros. Con la identidad digital creada en cada uno de los colombianos, toda la información asociada a ésta podrá ser compartida con las empresas de una forma rápida y sin fricción.
“El Open Banking sin lugar a duda llegará a Colombia, con un sinnúmero de beneficios a los que tendremos acceso si alcanzamos este concepto. Un gran grado de responsabilidad recae en la industria privada como veedores del uso de los datos de los usuarios. Debemos otorgar a las personas la autoridad frente a su información, y la seguridad de poder compartirla sin riesgos y de manera fácil.” – Afirma Santiago Aldana, CEO de SoyYo.
Una vez creada la identidad digital de los colombianos en la aplicación de SoyYo, su información queda cifrada en su teléfono personal y ellos son los únicos que tienen acceso a ésta y deciden a quién y qué transfieren a las entidades, incluidas las financieras.
De la mano de la tecnología, nuevos modelos llegan a Colombia para transformar digitalmente la sociedad e impulsar la economía de la nación. Se estima que un aumento en del 10% en el índice de digitalización de un país representa un crecimiento del 0,74% en el PIB per cápita del mismo.