El Coronel Palomino dijo en su momento que 49, algunos aseguran que 100 y otros afirman que son mas de 200. La verdad es que nadie sabe cuántas exactamente son las trochas que unen a Colombia con Venezuela por este lado de la frontera con Norte de Santander y el Estado Táchira.

Las malas lenguas sostienen que cada día nace una nueva trocha y se descubren otras ocultas. Pues Areacucta.com descubrió una mas. Se trata tal vez una de las más antiguas y mejor dotadas para la entrada y salida de migrantes y el transporte de mercancías de contrabando.
Es la trocha llamada El Palmar, Tío Tío o La Pared, parte en dos la zona agrícola de El Palmar en Villa del Rosario. «Uy, esa trocha es viejísima, lo que pasa es que como al comienzo está pavimentada nadie se imagina que es una trocha», dijo Pedro Angarita, un veterano trochero que desde los años 80s pasaba gasolina de allá para acá.
Así es, este camino irregular atraviesa una zona urbanizada de conjuntos cerrados exclusivos y grandes casa quintas. El Palmar es históricamente un punto de producción ganadera y de cultivos de arroz, yuca, maíz, melón y cilantro.
Lo curioso e inaceptable, es que la entrada a la trocha El Palmar queda sobre la Autopista Internacional Simón Bolívar, frente al Parque Grancolombiano y a sólo 100 metros abajo del Templo Histórico de Villa del Rosario donde hace 200 años nació nuestra República. «Aquí no se respeta nada. Este lugar debería estar protegido y es un insulto para el pais. Aquí en esta frontera la delincuencia hace lo que le da la gana», manifestó ofendida una comerciante del sector que nos pidió no revelar su identidad.
Esta trocha, como todas, termina en el Río Táchira, hasta dónde varios lugareños nos recomendaron no llegar. «Allá hay trocheros descargando gasolina de los carros a las pimpinas que después las pasan a pata por el río. Es mejor amigo periodista que por seguridad no se meta allá, es peligroso», señalo un vigilante que tampoco a quién tampoco preguntamos su nombre.
Por la trocha El Palmar, localizada a los pies de un símbolo de la libertad de Colombia, pasan tranquilamente todo tipo de mercancias de contrabando hacia Venezuela, incluyendo por supuesto gasolina. «Los mototaxistas cobra 2 mil pesos por llevarlo a uno hasta el río y 10 mil por llevar los bultos de comida», afirmó Yirleixi Almeyda, una venezolana que pasa por este camino dos veces cada mes.
Trocha El Palmar, otro camino sin Dios ni ley