Una investigación denominada ‘Efectos de la modificación de la actividad eléctrica cerebral sobre variables cognitivas’, adelantada por el programa de Psicología de la Universidad Simón Bolívar, permite facilitar el proceso de inclusión escolar de niños con trastornos cognitivos usando tecnología apropiada para elevar sus niveles de concentración.
Es lunes y *Nicolás ya está listo para salir a su escuela en la comuna 10 de Cúcuta. Viste impecable su uniforme rojo y negro, todas las tareas van bien hechas y sus notas son inmejorables. Según los profesores, el niño es de esos estudiantes que solo necesitan una explicación para aprender y repetir.
Su mamá *Andrea, dice que no puede quejarse, porque académicamente el menor ha demostrado tener unas capacidades que no todos los otros niños tienen. Es uno de los alumnos brillantes que siempre está en el cuadro de honor de cada plantel educativo en el que ha estudiado.
Pero, aunque el rendimiento educativo del niño es excelente, la disciplina ha sido el gran reto a superar, pues pareciera que el chico no pudiera controlar los impulsos que lo hacen ver como un niño problema.
*Nicolás no ha vuelto a izar bandera por su mal comportamiento; tampoco recibe felicitaciones por sus notas de parte de sus profesores, afectando en ocasiones sus estados de ánimo. La rebeldía ha llegado al punto de que sus profesores recurren a los constantes llamados de disciplina, incluso, poniéndolo en riesgo de retiro de la institución, sin conseguirse cambios relevantes.
*Andrea dijo que sufre por los constantes llamados de atención que le hacen a su hijo, toda vez que no reconoce autoridad. “Para él da lo mismo que la orden provenga de un niño de su edad o de un maestro”, comentó. Hace algunas semanas un docente, preocupado por el comportamiento del niño, le recomendó a la madre que buscara ayuda de un sicólogo y fue entonces cuando la familia se enteró de que Nicolás padece de TDAH (Trastorno por déficit de atención por hiperactividad). El resultado los dejó perplejos.
El TDAH, es el trastorno de mayor prevalencia en Colombia, según la Encuesta de Salud Mental 2015, del Ministerio de Salud y de la Protección Social. El sondeo también contabiliza otras patologías de base como el autismo, el síndrome de Asperger, el síndrome de Down, y demás, siendo todas condiciones y trastornos totalmente diferentes, pero agregadas voluntariamente a un Registro para la Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD).
Según el Observatorio de Discapacidad Mental del Ministerio de Salud y de la Protección Social, a abril de 2019 la media nacional de personas con discapacidad mental y dificultad permanente para pensar o para recordar se situó en un 35,32%. En el caso de Norte de Santander, la región superó la tasa nacional con 38,72% y en 18 municipios la prevalencia fue superior, así: Cúcuta (40,37%), Pamplonita (57,69%), Los Patios (45,57%) y San Cayetano (49,69%).
Para Claudia Márquez, quien pertenece a Aspanort, asociación que representa a unas 100 familias de niños con autismo en Cúcuta, es lamentable que no se cumplan los protocolos de atención escolar para personas con condiciones diferentes, aunque exista una prevalencia alta en la región. “El propio Ministerio de Educación ya lanzó todo un protocolo para que, en las escuelas, públicas y privadas, existan maestros que apliquen estrategias de Análisis del Comportamiento Aplicado (ABA, por sus siglas en inglés) para que haya inclusión de esta población, pero parece que la ley no fuera vinculante”, criticó.
Manuel Riaño Garzón, investigador de la Universidad Simón Bolívar, resaltó que es importante lograr una inclusión integral de todos los niños en etapa de escolaridad. Por eso, un grupo de investigadores del programa de Psicología de la Unisimón está aplicando una técnica llamada Neurofeedback, aplicada al campo de la sicología, siendo este un proceso innovador en el país y en Latinoamérica.