En palabras de Socorro Ramírez Vargas, doctora en Ciencia Política, exparlamentaria, excandidata presidencial y profesora de la Universidad Nacional, una salida para afrontar la situación generada por la migración venezolana en el territorio nacional es considerarla como una posibilidad para el desarrollo compartido.
Ramírez, referente nacional e internacional en temas migratorios en Centroamérica y Suramérica pronunció la conferencia inaugural ‘Los Cinco Ámbitos de la Frontera Actual’, en el ‘III Congreso Internacional y VI Congreso Nacional: Nuevos Desafíos y Propuestas para la Intervención Social en Contextos de Frontera’, liderado por la Universidad Simón Bolívar en articulación con la Universidad de Ohio (Estados Unidos) y la Universidad de Oxford (Inglaterra).
La académica identificó como ámbitos materia de estudio de la situación fronteriza los territorios de Perijá – Catatumbo, Caribe, Andino, Orinoquía – Amazonas y Llanos, para explicar la simbiosis entre Colombia y Venezuela, más allá de un límite fronterizo. Con respecto al significado de ‘frontera internacional’, hizo un llamado para que tanto los Estados y la ciudadanía cambien la visión sobre este término, que erróneamente se ha convertido en sinónimo de “inseguridad, ilegalidad e informalidad; miedo e incluso competencia”.
Una proposición a la grave crisis humanitaria debería ser el esfuerzo constante de Colombia y Venezuela desde la solidaridad de la comunidad, programas sociales compartidos, la regulación nacional y el establecimiento de políticas migratorias por parte de ambos Estados, para hacer frente a los problemas que ha traído este fenómeno, afirmó durante la conferencia.
Asimismo concluyó que los límites político-administrativos entre un país y otro no determinan una división estricta. “Parece que olvidaron que compartimos ecosistemas invaluables como el Parque Nacional Natural Catatumbo Barí, cultura y etnias, como los pueblos indígenas yukpa y los motilón barí; el aprovechamiento de los minerales y recursos naturales e inclusive raíces familiares, porque la cercanía ha hecho que algunos ciudadanos tengan doble nacionalidad y ancestros o descendencia de parte y parte”.
La frontera entre Colombia y Venezuela es un límite internacional continuo de más de 2.200 kilómetros. Paradójicamente para poder viajar más rápido a Arauca (Colombia), hay que pasar por Venezuela, indicó, argumentando la necesidad de una cooperación binacional.
La ONU y otros organismos internacionales han revelado cifras de al menos 1,2 millones de refugiados y migrantes de Venezuela en Colombia, de los tres millones que hay en el mundo.
La experta en relaciones internacionales también enfatizó la importancia de estudiar el fenómeno migratorio con la mirada comparativa de estudios de otras regiones, mencionando la experiencia de Centroamérica con su integración regional, que generó un proceso de cooperación transfronteriza.
Resaltó que los profesionales en formación y la fuerza productiva actual tienen un potencial de oportunidades, evocando lo sucedido en décadas pasadas, en las que la bonanza de Venezuela benefició, no solo a cucuteños o habitantes de la frontera, sino a empresarios e industriales del interior de Colombia.
El espacio académico liderado por la Unisimón reunió durante tres días a expertos invitados como René Olate, doctor en Trabajo Social de la Universidad de Ohio; la doctora en Trabajo Social de India, Sharvary Kandarikar; las profesoras mejicanas Sandra Guillermina Chávez de la Universidad de Colima y Elizabet Mancinas Espinoza de la Universidad Autónoma de Nuevo León; el profesor Jaime Zuluaga, Julia Zulver y Ana María Morales de la Universidad Oxford, entre otros.
Además se desarrollaron mesas de trabajo con invitados regionales como Mario Zambrano, director del programa ‘Cúcuta Cómo Vamos’ y Wilfredo Cañizares Arévalo, defensor de derechos humanos y director de la Fundación Progresar. Para finalizar, hubo un recorrido por los puentes internacionales Simón Bolívar, Tienditas y Francisco de Paula Santander, así como visitas a albergues para migrantes.
«El sitio donde debe estar la investigación universitaria, es el lugar donde surgen los hechos y la Universidad debe, y es su propósito, impactar en los problemas sociales de la región», sostuvo Carlos Corredor Pereira, Vicerrector de Regionalización de la Universidad Simón Bolívar.