Hablar de sexualidad es mucho más que hablar de tener relaciones sexuales. Desde una visión integral, es reconocer la complejidad humana y las diferentes dimensiones que atraviesan la experiencia vital de todas las personas. Orientar a los niños y las niñas de manera adecuada para el descubrimiento, exploración y empoderamiento de su cuerpo, sus emociones, sus límites y sus habilidades, es clave para se formen como seres conscientes y empáticos con su realidad, con el otro y con su entorno.
La Educación Integral para la Sexualidad no deja de ser un tema que puede asustar a los padres y madres que buscan la manera más adecuada de abordar esto para empoderar y formar a sus hijos e hijas. Sin embargo, no tiene por qué ser así. A continuación, desde Profamilia y con motivo del Día de los Niños y las Niñas, te contamos qué debes tener en cuenta a la hora de hablar de Educación Integral para la Sexualidad (EIS) con ellos.
1. ¿Por qué debo hablar con mi hijo sobre EIS?
La EIS empodera a los niños, permitiéndoles vivir su infancia de manera cómoda, tranquila y plena, de tal forma que contribuya al desarrollo de todas sus potencialidades. Así mismo, permite a los niños y niñas mejorar su capacidad de análisis y de comunicación, ya que los lleva a conocerse mejor y tomar decisiones acordes a su bienestar, además de contribuir a la vivencia de relaciones afectivas responsables y respetuosas y por último, prevenir las situaciones de riesgo relacionadas con abuso sexual infantil.
2. ¿A qué edad debería empezar a hablar de sexualidad con mi hijo?
Al ser la sexualidad una dimensión que atraviesa toda la vida del ser humano es importante abordar este tema de manera clara y sin tabús desde temprano. A lo largo de su desarrollo los niños y niñas atraviesan diferentes etapas de autodescubrimiento y conciencia de su cuerpo y de la diferencia con los cuerpos de los demás. Las acciones deben estar encaminadas a permitir la autoexploración, a que sepan cómo y con quién comunicarse, acompañando este proceso de un lenguaje positivo, acorde con el correspondiente momento de vida y nunca desde la culpa, la vergüenza o el estigma.
3. ¿Qué actitud debo tener para abordar temas de educación sexual?
Es clave buscar que la familia represente un espacio seguro donde los niños y niñas puedan aprender sobre las diversas dimensiones de la sexualidad. Por esto, es recomendable que madres, padres y cuidadores asuman el liderazgo y la iniciativa con una actitud abierta a un diálogo claro y sin tabúes, de acuerdo con la edad de los menores. También, es importante estar abiertos a investigar más y asesorarse para brindar información integral, precisa, actualizada y pertinente.
Para eso, Profamilia puede ser su mejor aliada. La organización es experta en procesos de Educación Integral en Sexualidad y a través de sus más de 45 clínicas en todo el país, puede acceder a información y asesoría para acompañar a sus hijos en la resolución de todas sus dudas.
4. ¿Cómo debo reaccionar si mis hijos me hacen una pregunta relacionada con la sexualidad?
Cuando aparezcan preguntas explícitas sobre temas como la genitalidad, el erotismo o las relaciones sexuales, es importante reconocer que es válido sonrojarse, reír, apenarse, incluso sentir frustración al no saber qué decir. Sin embargo, es recomendable llamar a las cosas por su nombre, aprender a decir “no sé, pero podemos descubrirlo juntos/as”, en caso de no tener respuestas claras, y ser cuidadosos y respetuosos con las expresiones verbales y no verbales de señalamiento o evasión.
Las niñas y niños son curiosos por naturaleza, por lo que no se quedan con las dudas y buscarán por otros medios las respuestas. Por esto, es importante generar lazos de confianza para evitar que se expongan a medios riesgosos para su bienestar.
5. ¿Qué recursos didácticos puedo utilizar para abordar estos temas?
En general, la literatura, los recursos audiovisuales y las artes (pintura, música, danza, artes escénicas) son un excelente aliado para explorar la manera en la que niñas y niños están comprendiendo el mundo y se relacionan con él. Con actividades que involucren estos recursos es posible incentivarlos a indagar sobre las diversas dimensiones de la sexualidad, como los comportamientos, las relaciones, las emociones, el autocuidado, con comodidad y confianza.
¡La Educación Integral para la Sexualidad ayuda a formar niños y niñas empoderados con sus derechos, su cuerpo y su bienestar!