Incertidumbre, preocupación, pero sobre todo rechazo, generó entre cientos de ciudadanos colombianos y venezolanos residentes en las poblaciones fronterizas, el cierre de 72 horas de la frontera que fue ordenado por el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, la noche del pasado miércoles.
Centenares de personas que desde tempranas horas de la mañana de este jueves se disponían a desplazarse por los puentes internacionales Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar, que comunican a las localidades de Ureña y San Antonio, con la ciudad de Cúcuta y el municipio de Villa del Rosario, vieron truncado su paso por las barreras con alambres de púas que efectivos de la fuerza pública instalaron.
Entre tanto, la Policía Metropolitana de Cúcuta, dispuso un grupo de hombres en los puentes internacionales, para evitar que se presenten posibles disturbios por la inconformidad que ha generado el bloqueo.
Frente a la intempestiva orden, las autoridades locales colombianas han pedido un pronunciamiento más contundente por parte del Gobierno Nacional a través de su Cancillería, ante lo que han calificado como una decisión arbitraria.
Uno de los fuertes pronunciamientos al respecto lo hizo el gobernador de Norte de Santander, Édgar Díaz Contreras, quien señaló que pese a lo lamentable que fue el ataque contra los uniformados, el presidente Nicolás Maduro “no puede estar tomando ese tipo de decisiones en caliente”.
El nuevo cierre se suma a la restricción nocturna que desde hace un año se impone a lo largo de los 2.219 kilómetros de frontera común entre ambos países.
nota de: El Tiempo