Yeison Jímenez tiene 27 años. No siempre supo que su futuro iba a estar sobre un escenario. En muchas ocasiones lo dejó y pensó en quedarse cantándole al espejo. Un año entero duró ahorrando de su trabajo como vendedor de aguacates en Corabastos para poder grabar su primera canción. Fueron 800.000 pesos los que perdió, sus tres composiciones se hicieron sobre unas pistas que nunca funcionaron.
“Corabastos significa mi universidad, es donde aprendí lo que sé, tanto ser humano, de la calle, de la vida. Hice un proceso muy bonito. Allá se aprende de todo: lo bueno, lo malo, lo peor, lo que no quieres ver. Lo más importante fue que nunca me faltó la comida”, recuerda el cantante.

El GranSan le abrió sus puertas para deleitar a sus ‘Jimenistas’, la legión de seguidoras que lo acompañan a donde quiera va.
Esa primera decepción casi lo derrota, se tomó un tiempo y volvió a la carga. Un día estaba en su casa, tarareando una de sus melodías, una amiga de su hermana lo escuchó y lo convenció de darle una nueva oportunidad a la música. Así que nuevamente entró a un estudio, grabó y empezó a recorrer Colombia con su disco debajo del brazo, en espera de la oportunidad que lo cambiara todo.
Hubo quienes lo señalaron de ser un hijo de papi y mami, creían que nada le había costado. Su primer éxito “porqué la envidia” lo escribió en medio de la pobreza, viviendo en una casa que no era suya y en una cama prestada. La suerte le sonrió, lo invitaron a Estados Unidos, le dieron la visa y se fue con una cámara, grabó el video de la canción y el resto es historia. Ya tiene más de 100 millones de reproducciones.
Yeison estuvo de visita en el corazón del comercio en Bogotá. El GranSan le abrió sus puertas para deleitar a sus ‘Jimenistas’, la legión de seguidoras que lo acompañan a donde quiera va. Allí estuvo apoyando la confección nacional, resaltando la importancia de comprar colombiano. Sus padres son comerciantes, así que sabe de lo que está hablando. De la venta venía el sustento de su casa en Manzanares, en Caldas. De allá mismo le vino el amor por la música popular.
La invitación que nos hace el cantante es apoyar más lo local, lo de nosotros como dice él. Sabe que a veces caemos en la tentación de lo extranjero, pero en materia de ropa lo nacional es lo mejor.