Durante los primeros meses del 2023 se han identificado un gran número de personas en tránsito en el oriente del país desde el proyecto Esperanza Sin Fronteras, implementado gracias al apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración (PRM) del Departamento de Estado de los Estados Unidos y World Vision, y las organizaciones cooperantes.
Como respuesta a las situaciones de riesgo a la que se enfrenta la población migrante, la organización humanitaria ha priorizado el transporte humanitario para mitigar riesgos de protección como lo son: la trata de personas, el tráfico de personas, la explotación sexual, la violencia basada en género, entre otros. Así como también brindar asistencia a través del transporte que les permita a las personas llegar a sus lugares de destino de manera segura.
Según la Evaluación Conjunta de Necesidades para Población en Tránsito – 2022 del GIFMM, las tres necesidades más apremiantes son los alimentos, el transporte humanitario y la atención médica a nivel nacional. Adicional a ello, el 85% de los encuestados ha caminado en algún momento durante su tránsito y el 88% de este porcentaje ha caminado entre 3 y 12 horas al día.
La mayoría de las familias refugiadas y migrantes provenientes de Venezuela que llegan a Santander y Norte de Santander transitan cada vez con menos recursos por lo que requieren con urgencia documentación, protección, albergue, alimentos y medicamentos. Aún más si transitan con personas en condición de discapacidad, con niñas y niños, además de mujeres embarazadas