Desde el martes los padres de Fares Ernesto Jiménez lo buscan intensamente por la zona céntrica de Cúcuta. Los acompañamos en la búsqueda incansable de su hijo de 19 años y fuimos testigos de como varios vendedores ambulantes del Parque Mercedes Ábrego y Parque Antonia Santos, aseguraron haberlo visto. Todas las características entregadas por las diferentes personas coinciden en uno y otro lugar. «Si señor, si es él. El joven llega a veces aquí temprano al Parque Mercedes pero como nadie lo conoce se queda un rato y se va. La última vez lo vimos media hora antes de que llegara su mamá a pegar el volante con la foto de él y desde eso no ha vuelto», aseguró una vendedora informal de tinto en ese parque de la ciudad.
Doña Doris y Don Fares no se rinden. Llegaron a Cúcuta el lunes pasado procedentes del Estado Lara en Venezuela. Juntos siguen pegando y repartiendo volantes por este sector cercano al Parque Lineal, donde aseguran habitantes de la calle también haberlo visto con la misma ropa y características que sostienen haberlo visto los vendedores ambulantes de los parques Mercedes Ábrego y Antonia Santos.
«Todos lo han visto menos nosotros. Yo se que nuestro hijo anda por acá. Debe estar confundido. Tenemos la fe que este fin de semana lo vamos a encontrar sano y salvo», dijo con nostálgica y esperanzadora voz su mamá, que no se despega de su esposo, un hombre trabajador del campo.
Un grupo de taxistas de Cúcuta también está colaborando en las tareas de búsqueda de este muchacho venezolano, que desde el pasado 20 de octubre desapareció del radar de sus padres. El muchacho los llamó desde el Corregimiento de Berlín, población santandereana ubicada sobre la Carretera Panamericana. Fares Ernesto regresaba a Venezuela luego de trabajar en una pizzería por varios meses en la ciudad de Popayán al sur de Colombia.
«El 3 de noviembre apareció un texto en su cuenta de Facebook: «me robaron, estoy en Cúcuta», eso nos alarmó y decidimos viajar a esta ciudad para rescatarlo», expresó su padre.
Por ahora la búsqueda de Fares Ernesto no se detendrá. «Sabemos que está cerca de nosotros, en cualquier calle en cualquiera esquina…pero ¿Dónde está?