Fue en la noche del 16 de diciembre y la madrugada del 17 de diciembre del 2010 que la historia de este municipio nortesantandereana tendría un giro de 180 grados, y sus habitantes tuvieron que salir huyendo con algunas pertenencias por el temor de perder sus vidas.
Estaban en medio de las tradicionales novenas de aguinaldos en donde la población se disfrazaba, cuando en horas de la koche escuchar un un estruendo que provenía de lo alto de la montaña.
A medida que pasaron las horas las calles, viviendas y demás estructuras se fueron partiendo lentamente, dándole tiempo a un promedio de seis mil Gramalote ros de desocupar el casco urbano y presenciar como su tierra era arrebatada por la naturaleza.
Una remoción de tierra fue la causante de esta tragedia, y a pesar de cumplirse ya 10 años de este suceso la reconstrucción del municipio aún no ha terminado.
Del antiguo casco urbano sólo queda una cuadra de aproximadamente 20 viviendas que no fue afectada, además la destruida iglesia y el parque principal.
En el nuevo casco urbano la mayoría de viviendas han sido finalizadas y entregadas, sin embargo unos problemas con el constructor actual no permitirá que se terminen 120 casas que aún faltan.
Además del hospital, la casa de la cultura, la casa del adulto mayor y otras isbtituciones aún no están funcionando, y la reconstrucción de la iglesia no se ha acabado conociendo que este proyecto sólo debe estar a cargo la comunidad y no la nación al ser un estado laico.
Por ahora los Gramaloteros buscarán en esta fecha no celebrar pero si agradecer la oportunidad que tuvieron de salir, y no ocurriera como armero que fue arrazado en solo minutos.