La salud mental ha representado históricamente una fuente importante de discapacidad y mortalidad en la región, especialmente después de la pandemia del COVID-191. Para pacientes con enfermedades crónicas, como la endometriosis, las afecciones en la salud mental se suman a las restricciones en la vida laboral, social, familiar y sexual, condicionadas por la enfermedad.
Según cifras de la Asociación Colombiana de Endometriosis e Infertilidad, se estima que en Colombia hay cerca de 3.5 millones de mujeres que padecen de endometriosis. Esta es una enfermedad inflamatoria y crónica, cuyos síntomas suelen ser en la mayoría de los casos no solo debilitantes, sino incapacitantes, afectando la calidad de vida, las relaciones de pareja, la fertilidad y el estado emocional de las mujeres.
“Se estima que 86% de mujeres con endometriosis padece depresión o ansiedad. La preocupación constante por los síntomas, la incapacidad para concebir en algunos casos y la incertidumbre sobre el curso de la enfermedad pueden provocar altos niveles de estrés y ansiedad. Las mujeres con endometriosis pueden evitar actividades debido a los síntomas, lo que puede resultar en la pérdida de conexiones sociales, llevando al aislamiento social”, explica Luz Marina Araque, terapeuta menstrual y fundadora de ASOCOEN.
De acuerdo con los profesionales, la endometriosis, que se caracteriza por fuertes síntomas de dolor pélvico crónico, cansancio generalizado, cefaleas, dolor muscular, distención abdominal, estreñimiento y dolor al tener relaciones sexuales, entre otros, impone una carga emocional en la paciente, generando trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión y la bipolaridad, los cuales a su vez, aumentan la percepción del dolor.3
“Cuando aparece la carga psicológica en las pacientes empezamos a notar un desinterés frente a actividades y la normalización de los síntomas y esto, asociado a un dolor crónico y un diagnóstico tardío, va en aumento. Es por ello que obtener un diagnóstico temprano al sospechar la enfermedad es fundamental. La persistencia de la enfermedad ocasiona la aparición e intensificación de los trastornos psicológicos”, añade el Dr. Daniel Sanabria, ginecólogo oncólogo.
Un estudio de la Universidad de Yale halló que las mujeres con endometriosis tenían 3.6 veces más probabilidades de tener depresión, 2.9 veces más probabilidades de tener trastornos alimentarios y 2.6 veces más probabilidades de tener ansiedad que las mujeres que no la padecen 2.
Luz Marina Araque añade que la endometriosis, al ser una condición multisistémica, debe ser abordada de manera integral. “En la última encuesta realizada por ASOCOEN se evidenció que solo 15% de las mujeres con diagnóstico reciben apoyo psicológico. Esto debido a que todavía hay mucha desinformación, sumado a los estigmas y tabúes en torno a la menstruación que minimizan el impacto de la endometriosis en la calidad de vida”.
Para el Dr. Sanabria esto aún es un reto para el abordaje de la enfermedad. De acuerdo con el doctor, en la actualidad los equipos médicos multidisciplinarios de la endometriosis no cuentan con un fuerte componente de psicología, psiquiatría y terapia sexual.
#NoEsNormal
Con el fin de educar y generar conciencia frente a los signos y síntomas de la Endometriosis, Johnson & Johnson MedTech, pionera en el campo de dispositivos médicos, junto a ASOCOEN, organización que trabaja en sensibilizar y visibilizar la enfermedad, promueven la campaña #NoEsNormal, que busca sensibilizar y educar a mujeres en edad reproductiva frente a los síntomas de la enfermedad, dado que una detección temprana mejorará su calidad de vida y pronóstico reproductivo.La campaña #NoEsNormal promueve el reto #PuedeSerEndometriosis en TikTok, en el que mujeres entre los 13 y 35 años pueden hacerse un test de síntomas a través de un audio y grabar sus respuestas, conociendo así si muestran algunos signos de Endometriosis. Para conocer más de esta enfermedad, consulte https://www.endometriosiscolombia.com/