La diabetes es una pandemia global en constante aumento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de personas que vive con diabetes en el mundo ha aumentado de manera alarmante, pasando de 108 millones a 420 millones en los últimos treinta años.
De estos 420 millones, 62 millones residen en la región de las Américas. Este número se ha triplicado en la Región desde 1980, y lo que es aún más preocupante, aproximadamente el 40% de las personas con diabetes desconoce su condición.
“La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a personas de todas las edades y géneros, y tiene graves consecuencias para la salud si no se controla adecuadamente. La carga de enfermedad asociada a la diabetes es enorme y sigue creciendo. En solo 20 años, la mortalidad por diabetes ha aumentado un 70% a nivel mundial, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar esta epidemia de salud pública”, afirma Alejandro Sarmiento, Líder científico de Bodytech.
La prevención de la diabetes es una prioridad crucial en la salud pública. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y el control del peso, puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar esta enfermedad y ayudar en el tratamiento de la enfermedad.
Además, existen también numerosos estudios que demuestran que el ejercicio físico es una herramienta vital para el control de los síntomas en pacientes diagnosticados.
A continuación, algunos datos clave respaldan la importancia del ejercicio en esta patología:
Prevención de la diabetes: El ejercicio regular, combinado con una alimentación equilibrada, puede reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en personas en riesgo. La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a mantener un peso corporal saludable.
Control de la enfermedad: Para las personas que actualmente tienen la enfermedad, el ejercicio es una herramienta esencial en su manejo. Ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre, mejora la salud cardiovascular y contribuye a reducir la necesidad de medicamentos en algunos casos.
Reducción de la mortalidad: La actividad física regular no solo beneficia la salud a nivel de la diabetes, sino que también reduce el riesgo de complicaciones relacionadas con la patología, como enfermedades cardiovasculares y daño renal, lo que a su vez puede ayudar a reducir la mortalidad asociada con la diabetes.
La OMS insta a las personas a incorporar al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana en su rutina diaria, lo que puede incluir caminar, nadar, andar en bicicleta o realizar ejercicios de resistencia. La actividad física no solo ayuda a prevenir y controlar la diabetes, sino que también mejora la calidad de vida en general.
“En el Día Mundial de la Diabetes, hacemos un llamado a la acción: es fundamental que las autoridades de salud, los profesionales médicos, las comunidades y las personas se unan para promover la importancia del ejercicio en la prevención y control de la diabetes. Juntos, podemos trabajar para revertir las alarmantes estadísticas y brindar un futuro más saludable para todos”, concluye Sarmiento.