En una sociedad en la que la edad a menudo se convierte en una fuente de discriminación y prejuicios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha identificado el “edadismo” como un problema global que afecta tanto a jóvenes como a adultos mayores. El “edadismo” se refiere a la interiorización de estereotipos y prejuicios relacionados con la edad, lo que resulta en discriminación hacia grupos específicos. A partir de los cuatro años, los niños comienzan a internalizar estos conceptos, lo que tiene un impacto significativo en cómo se relacionan con personas de diferentes edades.
Al respecto, Héctor Mauricio Cárdenas, médico especialista en medicina interna y geriatría adscrito a Colsanitas, destaca que la discriminación hacia los adultos mayores se fundamenta en factores culturales, concepciones erróneas de sus capacidades y el miedo que cada individuo siente hacia el envejecimiento.
El “edadismo” hacia los adultos mayores se manifiesta de diversas maneras, como la falta de contratación de personas mayores de 50 años por parte de empresas, la percepción de que los abuelos representan una carga para la familia, estereotipos que sugieren que los ancianos no experimentan el amor o la sexualidad, y la tendencia a sobreprotegerlos, como se vio durante la pandemia de COVID-19. Además, esta discriminación no solo se refleja en las actitudes de las personas, sino también en cómo se diseñan las ciudades, con aceras altas, calles estrechas, escalones y sistemas de transporte público que dificultan la movilidad de los adultos mayores.
La discriminación que sufren los adultos mayores tiene un impacto notable en su salud psicológica, provocando altos niveles de estrés, disminución de la autoestima y cambios en su estado de ánimo. Esto puede llevar a la soledad y un estilo de vida sedentario y poco saludable.
Por último, Cárdenas advierte que esta problemática está en aumento debido al aumento en la esperanza de vida, el envejecimiento de la población y cambios en las dinámicas familiares y de planificación familiar. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en Colombia, la proporción de adultos mayores en relación con la población más joven está experimentando un incremento.
Para combatir el “edadismo”, la OMS propone tres estrategias clave:
- Garantizar los derechos humanos y luchar contra la desigualdad y la discriminación.
- Fomentar la empatía a través de la educación, promoviendo una visión positiva y respetuosa de la vejez.
- Fomentar la interacción entre generaciones, creando espacios de convivencia que mejoren la aceptación de los adultos mayores y beneficien su salud mental