Empleadas de servicio, son engañadas con falsos argumentos de que un miembro de la familia tiene problemas judiciales
La Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) y en cumplimiento a la Estrategia de Convivencia y Seguridad Ciudadana, fortalece las actividades preventivas en esta ciudad, para contrarrestar el hurto a residencias a través de la modalidad conocida como la “llamada millonaria”.
Ante los últimos casos reportados por la ciudadanía, donde delincuentes que simulan ser abogados llaman a residencias y luego de convencer, principalmente a las empleadas de servicio, hurtan elementos de valor, la Policía Metropolitana de Cúcuta, lanza una alerta para que la ciudadanía esté atenta y no acceda ante este tipo de llamadas y por el contrario informe de inmediato a las unidades policiales del cuadrante o a la línea 123.
Con el objetivo de informar a la comunidad sobre la forma como delinquen estas personas, uniformados de vigilancia distribuyen en las zonas identificadas como vulnerables, volantes que recomendaciones de seguridad y los números telefónicos de los policías de la zona.
Algunas de las medidas de autoprotección para evitar ser víctimas de estos delincuentes, está que las personas que trabajan en las residencias o sus propios moradores, por ningún motivo entreguen información a desconocidos que llamen o lleguen a sus casas, que no les abran las puertas sea cual sea la excusa que argumenten para lograrlo, así se identifiquen como funcionarios de alguna entidad u organismos de seguridad
Modus operandí
De acuerdo con las informaciones recepcionadas y las actividades investigativas adelantadas, se ha conocido que el “modus operandí”, tiene muchas similitudes en los casos reportados, lo que llevaría a pensar que se estaría frente a una misma organización delincuencial, que ha tomado como epicentro especialmente algunos barrios y urbanizaciones de estrato alto de la capital nortesantandereana.
Generalmente, los hurtos inician con una llamada telefónica que en la mayoría de los casos es atendida por la empleada de servicio, a quien un hombre le asegura que uno de los propietarios de la vivienda tiene problemas judiciales, que él es su abogado y que de manera urgente debe sacar de la casa las joyas y dinero en efectivo y llevarlos hasta cierto sitio o sector de la ciudad.
La empleada convencida del hecho, minutos después acude al lugar donde entrega los elementos al supuesto abogado, quien finalmente consolida el hurto; en otros de los casos el falso abogado pasa por la residencia a recoger los elementos de valor solicitados.