En Colombia, cerca de 1.4 millones de personas viven con algún tipo de discapacidad cognitiva o discapacidad psicosocial, quienes, en muchas ocasiones por falta de información, garantías o incluso estigmatización social, no pueden acceder de manera digna a un servicio de salud sexual y reproductiva. Por esta razón, Profamilia, junto a la Liga Colombiana de Autismo y la Asociación Colombiana de Síndrome de Down crearon el proyecto “Mi Sexualidad, Mi Derecho”, una iniciativa que ha impactado a más de 300 personas, 150 familias y cuidadores, así como a los profesionales de la salud en Derechos Sexuales y Reproductivos para que las personas con discapacidad puedan vivir su sexualidad de manera libre, sin discriminación, digna e informada.
Desde 2012 estas tres organizaciones han implementado un enfoque que tiene como principio el reconocimiento de la autonomía reproductiva de las personas con discapacidad, así como sus deseos y necesidades. En este sentido, la información que se le ha brindado a las personas con discapacidad tiene como objetivo que estas reconozcan su libertad de acceder a servicios de salud sexual y reproductiva sin barreras. Entre estos derechos se encuentran la posibilidad de escoger el método anticonceptivo que más se ajuste a sus necesidades, entrar solos o en compañía a las citas médicas y recibir información clara y concisa directamente del personal de la salud. Así mismo, de ser necesario, deben contar con el apoyo de videos, imágenes, interpretación de señas o lecturas durante la consulta para facilitar la toma de decisiones sobre su salud sexual y reproductiva.
“Los Derechos Sexuales y Reproductivos son Derechos Humanos, por lo que resulta necesario destruir los estigmas que asocian a las personas con discapacidad con características infantiles o con falta de autonomía. “Mi Sexualidad, Mi Derecho” fomenta la Educación Integral para la Sexualidad en personas con discapacidad y le entrega información acorde a su edad, para que de esta forma puedan reconocer mejor sus cuerpos, prevenir abusos, usar métodos de planificación y construir sus propios proyectos de vida”, aseguró Laura León, Coordinadora de Cambio Social de Profamilia.
Aunque aún existe un camino por recorrer en el marco legal que proteja los Derechos Sexuales y Reproductivos de esta población, en Colombia no existe la interdicción, por lo que las personas con discapacidad tienen capacidad legal y jurídica de tomar decisiones libres y autónomas en relación con la sexualidad y reproducción.
De esta forma, Profamilia reafirma su compromiso para que todas las personas en el país puedan acceder a sus derechos, donde el acceso a la Educación Integral para la Sexualidad y a servicios de salud con ajustes y apoyos necesarios son fundamentales para empoderar a las personas con discapacidad cognitiva y discapacidad psicosocial en el ejercicio libre e informado de su sexualidad.